Las entregas fallidas representan uno de los mayores dolores de cabeza en la logística moderna. No sólo generan costos adicionales para las empresas, sino que también afectan la experiencia del cliente y los acuerdos de nivel de servicio (SLA).
Un corrector de direcciones se ha convertido en una herramienta esencial para cualquier empresa que quiera optimizar su última milla. A través de la estandarización y validación automática de direcciones, es posible reducir los errores humanos, evitar reintentos y garantizar que los pedidos lleguen al destino correcto en el menor tiempo posible.
En este artículo exploraremos qué es un corrector de direcciones, cómo ayuda en la reducción de entregas fallidas, casos prácticos de uso y cómo implementarlo en tu operación logística para mejorar la eficiencia y la satisfacción del cliente.
Un corrector de direcciones es un software que estandariza, normaliza y valida las direcciones ingresadas por los clientes en sistemas de ecommerce o logística.
Su función principal es asegurarse de que cada dirección:
En palabras simples: convierte direcciones problemáticas en datos logísticos claros y confiables.
Según DHL, la última milla concentra gran parte de la complejidad operativa y la presión por velocidad/precisión, lo que obliga a optimizar datos de dirección y ruteo desde el origen.
Las entregas fallidas generan múltiples consecuencias para una empresa:
De acuerdo con un estudio de McKinsey, las entregas fallidas pueden incrementar en hasta un 20% los costos operativos de última milla. “Digitizing mid- and last-mile logistics handovers to reduce waste” (McKinsey, 2024).
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Un corrector de direcciones ayuda en la reducción de entregas fallidas de diferentes formas:
Ejemplo práctico:
Un cliente escribe: Av. Libertador B O’Higgins 123, Stgo.
El corrector lo transforma en: Avenida Libertador Bernardo O’Higgins 123, Santiago, Chile.
Esto evita confusión para el sistema de ruteo y para el repartidor.